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13-14 El dinero que la gente llevaba se entregaba a los encargados, y se usaba sólo en los arreglos del templo. No se usaba para hacer copas de plata ni tijeras para cortar las mechas quemadas de las lámparas ni tazones, ni trompetas ni otros utensilios de oro y plata.

15 Los que recibían el dinero para pagar los gastos de la reparación del templo eran honestos, por lo que no se les pedían cuentas. 16 El dinero que la gente daba como ofrenda por el perdón de pecados no lo llevaban al templo, porque era para los sacerdotes.

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